sábado, 16 de agosto de 2008

El Delito de Besar

Dar un beso anhelado es poner alas a una esperanza; la gratitud de la persona que lo recibe es eterna”

"El que pretende besar un minutos antes, se expone a violentas resitencias; el que se decide a besar un minuto después merece que lo desprecien".

Los besos interminables tambien merecen sus objeciones porque "alteran el corazón y hacen vagar al espíritu en el mundo del ensueño", como acaso se le decía al terremoto erótico.


El positivismo de Ingenieros retrocede al romanticismo cuando dice que la pena que pueda recibir un besador compulsivo debería atenuarse pues la belleza es pasible de ser considerada una provocación. El final es, digamos querendon. Cierra con la propuesta de que, ante un beso no consentido, la ofendida obligue al ofensor a recibir de ella la misma intensa respuesta. Lo que puede dar comienzo a algo mas que una bella amistad.

José Ingenieros

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